SER POLÍTICO
Alguien dijo que el hombre es un «animal político».
Nuestros deseos organizativos e ideológicos se asemejan a los de otros y por eso nos identificamos, simpatizamos y afiliamos.
Creencias sobre el «deber ser».
Son tan pocas que casi caben todas en dos opciones a los que hemos puesto el nombre de nuestras manos: Derecha e Izquierda.
Una potente programación mental y sentimental alimenta estas creencias que determinan la vida de la mayoría de la gente en la creencia de que no pueden cambiarlas.
Su existencia no es cuestionada, el hombre y la mujer a lo largo de la vida generarán este conjunto de creencias poderosas que son pensamientos y sentimientos.
Más la mayoría de estas creencias están basadas y construidas sobre «lo que no quiero o no me gusta».
Ser conscientes de los ingredientes de un puchero nos permite saber si lo que nos vamos a comer nos sentará bien o mal.
Ser consciente de nuestro «animal político» nos permitirá retirar en cada momento todo aquello que sea limitante para la felicidad. Más si sin más, asumimos el conjunto de creencias de nuestro «animal político», es posible que alguna indigestión pillemos.