PURGAR, el amigo del miedo.
Hay palabras que de poco utilizarlas desaparecen y desaparecerán de nuestras vidas.
Fueron creadas por nuestros ancestros.
Una vibración unidas a ellas para referirse a una circunstancia o realidad que conformaba entonces su vida.
La palabra purgar.
La palabra purgar es uno de estos términos que conforman toda una realidad dolorosa. Purgar podríamos resumirlo en limpieza, purificación y liberación. Los animales se purgan, nuestro estómago se purga, y algunas organizaciones sociales y políticas utilizaban las purgas para liberarse de lo indeseado, pues las purgas soviéticas y fascistas son un ejemplo del uso de este término o las purgas promovidas por motivos religiosos. El caso es que la palabra arrastra todo un prejuicio y condicionamiento para todos en nuestra cultura occidental. Si a ello unimos la palabra Purgatorio del Cristianismo nos encontramos con que la palabra purgar no es bienvenida en nuestro acerbo cultural ordinario, el de cada día.
La purga natural.
Nuestra naturaleza está en una constante purga. No es patrimonio de la voluntad, ni es consecuencia de la inteligencia, es más primitiva que estas dos potencias humanas. La purga viene anclada al instinto animal y es por ello parte del patrimonio de los instintos. Por tanto, tiene mucho de reacción. En nuestro organismo el mecanismo se desencadena de manera automática para limpiarnos, purificarnos y liberarnos de todo aquello que entienda el instinto que es peligroso para nuestra supervivencia. Es totalmente corporal. Precisa del cuerpo para alcanzar su fin.
La purga voluntaria.
En este caso nuestra inteligencia y voluntad se ponen de acuerdo para realizar un proceso de purga. Requiere un juicio previo, un proceso mental que precisa de conocimiento y memoria para poder decidir lo que hay que limpiar, purificar y liberar y como hacerlo. Estas dos fases, una de selección y otra de elección son básicas. La primera supone separar lo que se queda de lo que se va. La segunda elegir el medio para que sea eficaz la selección. Es absolutamente mental. Precisa de la mente para alcanzar su fin.
La purga consciente.
Se trata de una mezcla entre la natural y la voluntaria. Precisa de una atención para saber en qué momento nuestros instintos están preparados para realizar la purga natural que tendrá un profundo contenido corporal y será de la escucha atenta de nuestro cuerpo donde nacen los primeros signos y señales que, interpretados por la mente, serán observados para aceptar y permitir la purga desde una actitud de serenidad, respeto y agradecimiento. Y es aquí, en esta actitud prediseñada por nuestra parte donde encontramos que la purga podrá manifestar en todo la dimensión de la limpieza, purificación y liberación.
Te ha sentado mal algún alimento.
Cierto es que la ingesta de alimentos en determinados condiciones pueden provocar purgas naturales expeditas y reaccionarias para poder limpiar, purificar y liberar a los órganos vitales de las toxinas que las pueden enfermar. Los mecanismos de que disponemos los conocemos todos y los hemos experimentado todos y no suelen ser muy agradables dado que están diseñados por una primitiva inteligencia como el instinto que poco sabe de decoro y educación. Más ultimamente determinados estudios e investigaciones centran su atención en la parte emocional, es decir, en los componentes naturales que intervienen en la purga natural desde la parte más emocional del cerebro. Y es aquí donde una purga natural precisa de observación de los procesos mentales y emocionales a ellas asociados.
Expulsar.
Lo que logramos con cualquier purga es expulsar de nuestro organismo aquello que nos puede hacer daño, por tanto, que es maligno para nuestra supervivencia. Desde este paradigma entendemos la aplicación posterior a procesos religiosos, políticos o sociales a lo largo de la historia. Nuestra mente está diseñada para retener, para apegarse y en ocasiones la única manera que tenemos de soltar lo que nos daña es purgarlo. Hemos escuchado muchas veces esa típica frase de: “te va a sentar mal” y pese a ello comerlo para luego purgarlo. Pues en nuestro organismo este mecanismo automatizado y reactivo es empleado si fuera necesario para liberarnos de lo que tenemos que expulsar.
Purga general.
He aquí la atención plena, la escucha activa, la presencia necesaria para el aprendizaje y la experiencia. ¿Qué me ha sentado tan mal? Hemos asistido a una purga general en los últimos días, mejor dicho estamos todos los días estimulados para expulsar todo lo que nos hace daño. Solo tienes que pensar en todas la noticias que últimamente te han sentado mal. ¡Me ha sentado fatal, mal, muy mal!…lo que otros han hecho o dicho. Te pongo un ejemplo: Piensa en las noticias que las últimas semanas has seguido y te han hecho sentir mal, la noticias que salen por el telediario y de las que las redes sociales hacen de eco. Busca ahí para darte cuenta. Es evidente que se trata de que purguemos y saquemos fuera la rabia, la tristeza, el hartazgo, el miedo que están envenenando nuestra vida.
Purgar y el miedo.
Si nació en el estómago la purga natural tiene mucho que ver con el miedo, esa sensación que el instinto de supervivencia identifica rápidamente y sobre la que sólo sabe aplicar dos estrategias: O ataca o huye. En el caso de la purga ataca para expulsar fuera lo que pone en peligro la supervivencia. En una purga el miedo es el catalizador. Y en nuestras vidas es el miedo la motivación más poderosa y subconsciente que poseemos. Cuando purgamos sabemos que detraś ha existido miedo. Incluso en la purgas sociales, políticas y religiosas el miedo es la gran motivación.
El miedo nuestro viejo amigo.
En este Blog hemos hablado mucho del miedo.
El gran mensajero.
Las purgas naturales conscientes son un proceso para recoger el mensaje que nos quiere entregar la vida acerca de lo que nos está envenenando y el miedo es un aliado para ello. Poner atención, parar y observar es la estrategia más adecuada para poder darnos cuenta de la sabiduría incausada que el acontecimiento vital quiere transmitirnos.
Ayer apuntaba en mi libreta virtual “PURGAR con la imagen del río Tormes y las playas” y es que la imagen del río me a su paso por Salamanca con la rotura de la pesquera y las playas de arena que han surgido me inspiraron la palabra. Hoy me he levantado y mi cuerpo lleva varias horas purgando, una purga natural de mi organismo y la primera pregunta que surgió es: ¿Qué comí anoche que me sentó mal? Después he comenzado esta reflexión que pongo por escrito.
LA HERIDA ES EL LUGAR POR DONDE ENTRA LA LUZ, tal como bien expresa el poeta sufí.
Bienvenido miedo, hoy dedicaré un tiempo a estar contigo. Y mi intuición me acaba de señalar el camino del origen del miedo. ¡Fantástico! Son las 9:40 de la mañana y desde la 7.00 llevo purgando para darme cuenta ahora de la noticia que ayer me dieron que me ha provocado el miedo. Ahora mismo merezco un descanso y me lo voy a tomar.
La iluminación no es más.
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