Todos sabemos lo que es una UVA, el producto de un trabajo y una dedicación. La Viña requiere el cuidado y la atención. Y tod@s nos hemos comido alguna vez una UVA. Podemos comparar la UVA de una buena cosecha, al trabajo bien hecho, al éxito de una empresa, la vendimia. En el Cristianismo la Vid y el viñador ha sido empleada como parábola de vida. Podemos quedarnos en UVA y a buen seguro que muchos así entiende la vida, ser UVA. Este producto de la naturaleza guarda un secreto aun mayor en su interior, la posibilidad de crear VINO. Pero para llegar a convertirse en un regalo para los sentidos la UVA debe pasar por un proceso de metamorfosis. En primer lugar debe ser PISADA, rota, sencillamente deshecha, y desde ahí, desde la destrucción total, desde la ruptura de esa piel que la protege del contacto con el oxígeno y que la ha protegido durante meses, comienza un calvario que es la fermentación, violenta en su aroma, violenta en su cocción, violenta en su ebullición y solo cuando su calvario ha terminado tendrá un merecido descanso durante una larga temporada. Entonces al cabo de unos meses o años pasará a ser VINO. Ese caldo de los dioses. Cada uno en la vida decide ser UVA O VINO. Pero quien desee ser VINO prepárese para la muerte y la resurrección, para la violenta ruptura de lo que ha sido hasta ese momento, prepárese para un proceso convulso en el que se transformará en VINO después de un reposo largo. Y solo entonces como mariposa que se desprende la crisálida dará vida a un nuevo ser, el VINO. No es posible renacer sin muerte, no es posible VINO sin UVA, pero es posible UVA sin VINO, como es posible la muerte sin renacimiento. Trascender la vida de la UVA es dejar de ser UVA para ser VINO, y el proceso es romper los moldes, la epidermis creada durante el largo proceso de crecimiento en la vid. Solo podemos trascender si somos capaces de renunciar al círculo protector de apegos y creencias que ha hecho posible la maduración de fruto en la parra para dar el esplendor que hasta ahora ha tenido. Solo podemos romper ese círculo si un agente externo es capaz de romper la piel que retiene las esencias en su interior. Ese agente exterior no es otro que el dolor. Pues al pisar la UVA el desgarro no es suave es abrupto y violento. Al contacto con el exterior comienza la fermentación, todo lo que hasta ahora reteníamos dentro toma contacto con el aire, el oxígeno, el hidrógeno, lo que realmente nos permite respirar, lo que realmente nos permite vivir, la esencia vital y comienza el baile de burbujas que de manera sonora y evidente a la vista produce la convulsa experiencia de la transformación en mosto. Una vez finalizado el proceso con éxito, pues no todos lo consiguen, comienza el reposo para finalmente ser descubierto nuevamente, volver al contacto con la esencia vital, el aire, el oxigeno, el hidrógeno pero en este caso para desplegar todo su esplendor. Hemos sido UVA, estamos llamados a ser VINO. Tu decides. Y tu elección será la correcta.