En ocasiones la tristeza se apodera de nuestra vida y comienza un sentimiento contractivo que nos inunda.

No la queremos y en la resistencia comienza el dolor.

«Los hombres no lloran».
«No se muestran los sentimientos en público».

Comienza una batalla que puede durar y que a veces acaba en depresión profunda.

Dicen que la depresión es exceso de pasado en el ahora.

Nos rendimos al sentimiento, nos hacemos la emoción:»Yo soy así» decimos al cabo de un tiempo.Tristre.

«Duc in altum». Rema mar adentro.

La tristeza viene para que miremos a nuestro interior. Es hora de parar y de prestar atención al interior de nuestro Ser. Más abandonados por la Mente, el Ser y el Corazón no son capaces de trasmitirle el mensaje de su sabiduría.

La mente ha generado los sentimientos y el cuerpo no deja de reproducir las consecuencias de una prolongada exposición a la plataforma emocional de la tristeza.

Ir mar adentro. Realizar una profunda introspección hacía el Corazón y el Ser se convierten en el único camino para apaciguar la mente. El viaje en muchas ocasiones debe ser acompañado por un Coach, Terapeuta, Psicólogo…

Quien suele ir mar adentro se sabe el camino y cuando la tristeza aparece abordo de su barca, que es la respiración, rema mar adentro para el encuentro de la sabiduría, el mensaje incausado que la tristeza porta para él.

Aprender a remar mar adentro.

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