SIN VERGUENZA.
Podemos convertirlo hasta en un insulto.
La verguenza ha constituido durante decadas el standar de comportamiento social. Tener poca verguenza era un calificativo despectivo y ser un sinverguenza era una condena social.
Tener verguenza te sumia en vergonzoso o muy vergonzoso.
Esta palabra nos ha acompañado en nuestra educación y Desarrollo Personal. A cada época el standar de la verguenza ha sido diferente.
Hoy la verguenza sigue a nuestro lado.
En Desarrollo Personal puede ser muy limitante. Es mejor poner el foco en los valores que nos mueven y las actitudes que queremos fomentar que en las autolimitaciones que nos debemos imponer para alinear nuestras actitudes y valores.
Educar en valores o educar en la verguenza. En ambos casos la meta es el respeto pero el camino es muy diferente.