Solemos tender a la rigidez mental cuando nos obsesionamos con una idea y procedimiento y a él confiamos la creencia del éxito o incluso la verdad hasta de la vida.

En la mente no existe nada y está todo. Lo que la mente tiene programado al nacer es aún todo un misterio. La mente la vamos llenando de experiencias. Estas experiencias van acompañadas de emociones y a veces sentimientos. Todo lo que experimentamos conforma pensamientos que generan creencias.

Cuando confío al cien por cien mi vida y éxito a la mente el fracaso está asegurado o la infelicidad están asegurados y llegarán cuando tenga que llegar.

La mente no deja actuar al corazón ni al cuerpo a quienes considera enemigos y/o incapaces, depende de la cultura y educación recibida.

La rigidez mental supone además que un conjunto de creencias se han instalado y tomado el poder e impiden que otras creencias se instalen en nuestra mente. Es una dictadura mental. Siempre tengo la razón y los demás son los que están equivocados.

En educación la rigidez mental acaba con la inquietud de la mente de principiante y actitud de aprendiz.

En política y religión crea los sectarismos.

Para reconocer si tenemos Rigidez Mental sería conveniente observar la mente. Para observarla la consciencia es la herramienta adecuada y la meditación un gran camimo.

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