Peñaranda a 1 de marzo de 2015.

Dar las gracias al Presidente de la Hermandad de Cofradías y a los Hermanos Mayores de todas ellas por darme esta oportunidad nuevamente pues ya lo hicieron hace unos años cuando me encomendaron la realización del Pregón que este año recae en Higinio Orgaz Díaz al que felicito y animo a vivir una experiencia única.

Hoy me toca presentar el cartel anunciador que comienza con la Semana Sana y me 
toca hacerlo en plena Cuaresma.

Este año se ha elegido la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza en una fotografía que presenta todo el esplendor de su rostro restaurado por_______y que habla por sí sóla.

Más allá del cartel que todos podemos ver y descubrir pretendo que hoy, aquí, podamos SENTIR lo que representa y anuncia y hacer sentir no es lo mismo que hacer pensar. Pensando diferente las personas podemos llegar a sentir lo mismo y pensando lo mismo podemos sentir diferente. El sentimiento es muy personal e intransferible  y es, en suma, una EXPERIENCIA, y, por tanto, deseo y quiero que hoy todos aquí vivamos una experiencia única, por irrepetible, como la vida misma que es única e irrepetible, y por ello, pretender que este acontecimiento lo sea no tiene nada de extraordinario.

Apelo por tanto a todos para que entre todos hagamos de este momento una experiencia pro y para recordar.

La Semana Santa es un recuerdo. Y es que son los recuerdos lo único que nos queda del pasado. Bien lo sabe quien sólo vive de recuerdos.

Para que un recuerdo permanezca ha de fabricarse con los mejores materiales y sólo disponemos de Pensamiento, Emoción y Cuerpo como tales. Un RECUERDO es la Semana Santa de una combinación de todos ellos. Los mejores recuerdos estarán aderezados con emociones muy expansivas como la alegría. Los peores recuerdos tienen presente el miedo como protagonista de la combinación mágica. Si quieres recordar haz vibrar a tu corazón, posibilidad real y no metafórica pues recientemente se ha descubierto la neurociencia que el corazón emite vibraciones.

El recuerdo que provocó la muerte de Jesús de Nazaret es tan profundo que aún hoy hay personas que vibran desde su corazón y expresan su amor hacia quien hace veinte siglos dio la vida por todos los hombres. Este recuerdo tan poderoso tiene su origen en un momento, en el mismo momento en que el Angel anunció a María y fue concebida por obra y gracia del Espíritu Santo como canta el Angelus, que miles de hombres y mujeres, entre los que me encuentro, recitamos todos los días a las 12:00.

NACIO LA ESPERANZA. El estado de buena esperanza. Y es aquí donde una mujer llamada María se convierte en la ESPERANZA, por su estado de buena esperanza.

Pronto se verá el fruto del amor de Dios en el alumbramiento, en la Luz. Al dar a luz, la Luz del mundo llega a nuestra historia. Dios se introduce en la historia del hombre, el Creador de todo decide llegar ante lo creado en su misma forma, como ser humano. Y la LUZ es su MISION por eso encendemos velas y cirios y por eso la Semana Santa está llena de Esperanza y Luz.

Al nacer la Esperanza, nace también el Primer Apostol. El primer seguidor de Jesús en la tierra es María, una mujer. Si Pedro fue depositario de las llaves de la Iglesia y es la roca sobre la que se asentará la obra de Dios en la tierra. María es el primer templo que dio cobijo a Jesús, al Hijo de Dios.

LA ESPERANZA es entonces Madre. La Esperanza es madre y madre ha de volver a ser quien pretenda acoger la esperanza en su vida. Y ser Madre en el corazón es posible, más la mente nos dirá que se trata de un imposible para quien no nació como mujer. Y Madre es Dios como dijo Juan Pablo I y sus hijos, que están hechos a imagen y semejanza de Dios también lo son.
Nuestra Madre de la Esperanza. Ser madre requiere actitudes que no vienen de serie, incausadas en la condición femenina, por eso hablamos de buenas y malas madres. Ser madre es saber acoger, pues que otra cosa sucede cuando en el seno materno se acoge la vida del nasciturus, del que va a nacer.

A quien o que tenemos que saber acoger para ser madre. Como ya hemos escuchado en muchas ocasiones somos templo del Espíritu Santo y a quien tenemos que acoger es al Espíritu, que al ser intangible, invisible, inoloro, incoloro, para la mente no existe. Nace entonces la FE, la convicción profunda de que el ESPIRITU SANTO habita en mi corazón y al acogerlo en nuestro seno somos madre. Y quien lo acoge experimenta la inexplicable experiencia de acogerlo. Acogemos al Espíritu Santo. El incienso es una manera de evocar y recordar la presencia del Espíritu Santo.
La Luz, la Esperanza,  no fue acogida por aquellas mentes que solo querían entender y no sentir la presencia de Dios en la tierra. Al igual que hoy, millones de personas se mutilan como seres al quedarse a vivir sólo en la mente privándose del resto de sus capacidades, de la experiencia de sentir. Pensaron entonces y piensan ahora, que dando muerte al cuerpo se puede acabar con Dios y su Espíritu. Es cuando Jesús, el Hijo de Dios es inmolado para resucitar, para devolver la Esperanza, y es la muerte el precio que se pagó para devolver la ESPERANZA al pueblo.

La ESPERANZA fue comprada y se pagó el más alto precio que se puede pagar: La vida.

Nuestra imagen también fue comprada. Frente a la tradición de donaciones de las tallas la de la Virgen de la Esperanza fue comprada por D. Agustín Martín Soler. El compró la Esperanza para Peñaranda cumpliendo así un requisito para que la Esperanza surja. Nace la Esperanza desde la muerte, desde el dolor, desde ahí tenemos Esperanza pues solo está esperanzado quien no tiene lo esperado.

La vida eterna es la Esperanza de un cristiano.

Si esta no es tu Esperanza te has equivocado de bando. Esperar la vida eterna. Hay vida después de la muerte. No hay duda para quien tiene Fe y Esperanza.

Si el hijo de la Virgen María, María de la Esperanza, es Jesús, que mejor que ser la patrona de la quienes esperan y viven esperando y que no son otros que los jóvenes. Por eso D. Agustín instituyó a la Virgen de la Esperanza patrona de la juventud.

Los jóvenes sueñan, tienen sueños, esperanzas de un mañana y nadie como ellos para representar la Esperanza en una vida nueva y diferente. Es así la Esperanza un estado que en un tiempo o se ve recompensada o se defrauda por la consecución del sueño tan ansiado y esperado. Más a medida que avanzamos en la vida vamos perdiendo la esperanza prueba irrefutable de que la esperanza es mental, sentimental, y la ESPERANZA, es Espiritual, transpersonal.

Quien busca la Esperanza en sus razones y sus sentimientos encuentra pronto lo efímero de su consistencia por su propia esencia temporal. No  pensamos ni sentimos lo mismo que hace diez, veinte, treinta, cuarenta o cincuenta años y no tenemos un sentimiento lo mismo a los sesenta, setenta, ochenta o noventa años.

La ESPERANZA se compra desde el dolor y trasciende la mente para habitar el corazón. Y no me refiero a esta realidad con un sentido figurado sino literal. El CORAZON tiene neuronas recientemente descubiertas y es inteligente y en él reside la verdadera ESPERANZA que es atributo del AMOR, pues el AMOR siempre espera.
Nuestra Madre viene en muchas ocasiones representada con un corazón traspasado por una espada que le profetizó Simeón a la entrada del Templo. Un dolor de corazón es un dolor de amor.

Quien quiera encontrar la Esperanza que aprenda a pilotar la vida desde el Corazón.
Durante mi juventud en Peñaranda casi toda la Semana Santa estuvo unida a esta imagen. Mi tio Jose, la familia de Candi Muñoz, Pilar Frontera, Domingo y su familia, fueron personas que me enseñaron y acompañaron aquellos años en los que la Semana Santa carecía por completo del esplendor cromático y material de ahora. Nuestros medios entonces eran muy escasos y recuerdo como para llevar a hombros la imagen de la Virgen había que buscar costaleros entre la gente que rondaba los bares de la Iglesia parroquial unos instantes antes de la salida de la procesión pues faltaban puestos por cubrir hasta que mi padre se hizo costalero e impulsó con otros como Seve la figura del costalero que hoy tantos tiene la Semana Santa por ser más los pasos en andas que se portan en las procesiones.

Fui Hermano Mayor de esta Cofradía con la vara de mi tío Lute. Siempre  pensé que había tenido una suerte inmensa mi tío al portar una vara con una “E” y llamarse Eleuterio. Fueron años de procesiones de ilusión, de mucha ilusión. La esperanza entonces era entonces un sentimiento.

Me alejé de la Semana Santa pues mi corazón decidió enamorarse de una joven y bella extremeña, Julia. La que hoy es mi fiel compañera, mi mejor amiga, mi más especial confidente y quien ha demostrado ser una mujer de una esperanza sobrenatural en mi hasta el punto de dejarse parte de su vida en que yo sea. Gracias. Con ella la esperanza trajo dos hijas, Beatriz y Mencia, dos grandes esperanzas. Los cuatro formamos una familia con esperanza y ESPERANZA.

No fue hasta hace cuatro años cuando la ESPERANZA apareció en mi vida. Como la imagen que hoy representa el Cartel de la Semana Santa la vida suele darnos una segunda oportunidad de renacer, de restaurarnos, de volver al origen, de volver a casa, de quitarnos las caretas, los maquillajes y ofrecer el verdadero rostro de lo que realmente somos. RENACER, es el fruto de la ESPERANZA.

¿Cuándo?. Alguno se estará preguntando, ¿cuándo?. Y tal vez otros ¿para qué?. Preguntas. Dime las preguntas que te haces y te diré la calidad de vida que tienes. La Esperanza llegará a nuestros corazones cuando en la mente surjan las preguntas adecuadas que no surgirán si la mente está ocupada en otros menesteres, y la mente casi siempre se ocupa de la salud, del dinero, del bienestar personal y familiar, de la seguridad…y no suele ocuparse de aquello que no ve, ni huele, ni oye, ni sabe, pues sólo se ocupa de lo que cree.
Desocupemos la mente, aquietemos nuestra mente y encontraremos el camino de vuelta a casa, entonces aparecerá la ESPERANZA para guiarnos pues habremos acogido al Espíritu Santo en nuestro seno y así, con FE, caminaremos en la vida pilotando desde el corazón que nos hará surgir la CARIDAD.

A todos, gracias por escucharme. Y de nuevo gracias a la Hermandad de Cofradías por esta oportunidad. Que cada uno coja lo que haya surgido desde su corazón esta tarde y lo trate como lo que es, la Sabiduría incausada que toda experiencia conlleva. Y para que el que aún no ha podido escuchar a su corazón vamos a realizar un momento de silencio para que todos podamos, si la mente nos deja, escuchar a nuestro CORAZON.
Gracias. Hasta siempre. Siempre Adelante.

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