PERDER EL NORTE.

Nuestro rumbo en la vida queda marcado por nuestro nacimiento en los parámetros más importantes del resto de nuestra vida. Nuestro lugar de nacimiento supone nacer a una cultura, circunstancias y familia muy concretas.

A lo largo de nuestro desarrollo infantil irán introduciéndose en nuestra vida más elementos educativos y ambientales que determinarán el rumbo que desean que tomemos.

Los sueños de nuestros padre y los deseos de la sociedad hechos normas delimitan finalmente el mapa por donde debemos navegar el resto de nuestra vida.

Si seguimos el rumbo trazado y respetamos las rutas encontraremos dicha, fama, dinero, respeto…Cuál ruta hacía las Indias nuestra aventura de vida está trazada.

Pero hay de ti, intrépido navegante que pretendes surcar otros mares y marcar otras rutas. La primera expresión que encontrarás es: » Ha perdido el norte.»

La brújula no está en la mente. La brújula está en el corazón y quien lo sigue nunca se equivoca.

Las corazonada a falta de pruebas permitieron a Colón y cuantos le siguieron en años posteriores descubrir un Nuevo Mundo.

Si perdimos el Norte en la inconsciencia es fácil que sucumbamos en las procelosas aguas de la vida.

Si conscientemente cambiamos el rumbo de nuestra vida podrán decirnos que hemos perdido el Norte, pero será su Norte, que el nuestro es otro.

En Desarrollo Personal el Norte lo marca el corazón. Es lo que se aprende. Ahora sólo falta el arrojo, la fortaleza y la valentía de navegar contra corriente. AUDACIA!!!

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