Los del «Ojalá».
Ojalá no me hubiera casado.
Ojalá tuviera más dinero.
Ojalá fuera más alto y guapo.
Ojalá echaran a mi jefe.
Ojalá…
La vida del Ojalá es siempre limitante al presente pues pasa su mente el tiempo imaginando y provocando con ellos impropios sentimientos del ahora.
Para quien quiera vivir el presente, el ahora, es necesario que se habitúe, que genere hábitos que mantengan a la mente ocupada en el presente. Para ello la Vida cotidiana y ordinaria es todo un filón. Está llena de posibilidades. Al levantarse, al ducharse, desayunar, caminar, trabajará, comer, divertirse y entretenerse, al acostarse…todo el día está llena de momentos en los que habituar a la mente a estar presente.
Más quien vive en Ojalá pasa la vida fuera del presente, en mundos inexistentes, provocando con ello pensamientos y sentimientos inadecuados al momento que vive. Llenando el ahora de ellos y generando un desequilibrio en su propia vida.
Ojalá es un Estado Independiente en la que a veces vivimos demasiado tiempo olvidando el Estado Presente que no es independiente de lo que pasa, pues lo que pasa, es, y, lo que ojalá pase, no es.