El Carnaval.

Nos damos permiso una vez al año para representar la Vida sin tapujos y normas. Durante unos días la gente recupera la libertad de expresar lo que quiere y como lo quiere dentro del orden del carnaval.

Los bailes de máscaras, los disfraces, chirigotas y representaciones exultantes de la belleza del cuerpo toman las calles.

Nos disfrazamos.

Hay quien no puede disfrazarse. Es incapaz de asumir un papel diferente al que su mente tiene diseñado. No puede sino representar lo que ha aprendido y considera que es normal.

Otros no tienen ningún problema y pueden adoptar mil gestos, posturas y caras, excelentes imitadores de otros. Pueden representar cualquier papel con maestría.

Más al común de los mortales nos cuesta cambiar el rol y como mucho podemos disfrazar nuestra apariencia física para intentar aparentar lo que pretendemos representar sin mucho éxito.

En la vida esta tendencia también se manifiesta.

.Hay quien es lo que considera que es y nada más.
.Hay quien puede ser cualquier cosa, depende de las circunstancias.
.Hay quien puede llegar a disimular lo que es pero sin mucho éxito.
.Hay quien tan sólo observa el juego de máscaras.

El OBSERVADOR CONSCIENTE Y DESAPEGADO. Tan sólo observa sin juicio la realidad. El no es la realidad, tan sólo quien la observa sin juzgarla ni etiquetarla, tan sólo estando presente y atestiguando lo que pasa.

Vivir desde la consciencia es vivir desde la observación. Y hoy toca CARNAVAL, CARNAVAL…un gran campo para aprender en la observación lo que hay y es.

FELICES FIESTAS DE CARNAVAL.

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