LO OCULTO.
Si tratásemos de definirnos a buen seguro que la mayor parte de lo que somos quedaría sin ser expresada. Nuestra mente oculta todo lo que considera que no debe ser conocido en público.
Cuando se nos pide la opinión en público sobre algo tendemos a ser correctos y volvemos al análisis de lo que tengo que decir dejando en el tintero algunas opiniones que consideraremos inadecuadas para el momento.
En muchas ocasiones nos quedamos con ganas de decir muchas cosas , nuestra sincera opinión y nos la callamos por diferentes motivos.
Si hacemos balance somos más lo que callamos que lo que expresamos.
Es la «sombra», esa parte que nunca aflora, la que determina nuestra vida más que nada.
Las personas tienen sombras y las sociedades y organizaciones también.
Cuando la sombra aflora, cuando se levanta suele cubrirlo todo con un espeso manto que no deja pasar la luz.
Períodos de sombra ha tenido la historia y hemos tenido y tendremos cada uno de nosotros.
Trabajar la sombra es poner luz donde no la hay y comienza por reconocer lo que somos verdaderamente. Lo que la mente ha fabricado y domina nuestra vida. Para posteriormente aceptar lo que hay y tratarlo con mucha compasión.
Cuando no aceptamos la sombra se vuelve más poderosa al nutrirse de oscuridad y ocultamiento. Es necesaria la luz para sacarla.
El gran problema es que pocos, muy pocos, reconocen sus sombras. Los demás aún la ocultamos. Y es nuestra sombra la que más está determinando nuestra infelicidad. Y un día puede levantarse y arruinarnos la vida durante una larga temporada.
Una vida consciente es la garantía de que la sombra está integrada. Una vida compasiva es la garantía de que la sombra se transforme poco a poco en luz. Una vida desde el Ser y el corazón es la garantía de que luz y sombra, sombra y luz armonizaran el justo equilibrio necesario para una vida en plenitud.