LAS EXCUSAS.

«Tengo una buena excusa».

Tener excusa es tejer explicaciones.

Cuando buscamos excusas tejemos pensamientos que como telas de araña atrapan razones y provocan sentimientos.

Las mejores son las que tenemos con nosotros mismos. Nos estamos todos los días excusando de nosotros mismos. Buscamos y tejemos pensamientos hasta obtener razonamientos que provoquen un sentimiento de bienestar que nos saque del mal rato que pasamos cuando no nos somos fieles. Cuando en nuestra vida no hay fidelidad.

Nada es bueno ni malo sino limitante o no limitante para alcanzar nuestras metas.

En el deporte y la consecución de metas deportivas las excusas son muy limitantes. Las vemos en las rueda de prensa después del partido.

En Desarrollo Personal las excusas como mecanismo de respuesta automatizada a los presuntos errores y presuntos fracasos son absolutamente incapaciatantes. Son un freno que impide avanzar pues la mente, su creadora,  se autoengaña y conforma haciéndose acomodaticia y fomentando la zona de confort creando estructuras mantras de pensamientos y creencias:

«Es que yo soy así».
«Es tarde para cambiar».
«Eso no es para mi».
«Eso es imposible».

«No tienes excusa» nos decían de pequeños y nosotros venga a excusarnos del mal hecho o la trastada generando con ello el automatismo.

En una vida consciente orientada a la compasión la excusa no es necesaria y se comienza atrapándola y desanclando el automatismo para sustiuirla por otro mantra orientado a la expansión deseada:

«SI PUEDO»
«AUN ES MI TIEMPO»
«SIEMPRE ADELANTE»

En la vida consciente las experiencias y circunstancias se meditan en el corazón para alcanzar la sabiduría incausada que nos traen. Aquietamos la mente para que deje de tejer y fomentamos la intuición creativa para que la materia prima de la mente en vez de la excusa sean los PROPOSITOS, las Metas. .

EL PROPOSITO DE ENMIENDA

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