Nos cansamos. El ser humano es limitado y se cansa.
Estar cansado es una sensación habitual en nuestras vidas. Es necesario descansar.
Existe un sentimiento asociado al cansancio que se va colando de manera sutil en nuestras vidas y provoca un estado de ánimo que suele impregnarlo todo de manera pegajosa que es el asco.
Cuando comenzamos a estar hartos y dejamos que el sentimiento impregne nuestra vida, el asco, el hartazgo y el hastío la dominan y el cansancio se hace crónico.
El asco o el hartazgo como emociones primarias son necesarias para verificar que hay en nuestra vida, en nuestro interior, que rechina con una vivencia o circunstancia determinada que lo provoca. Se trata de que aprendamos. Más lo que suele ocurrir es que no nos paramos a observarnos, no hacemos introspección y no aprendemos. De manera automática y reactiva vivimos la emoción y dejamos que la mente la atrape para generar un sentimiento que es el que comienza su escalada de ascensión en nuestras vidas.
Estar harto. Estar cansado. Estar hastiado. Expresiones que parecen inocentes que repetidas y repetidas generarán un creencia tan poderosa que lo inundará todo y que restará vitalidad a nuestra vida.
Nacida como emoción para protegernos de envenenamientos de todo tipo, el asco se acaba convirtiendo en un sentimiento corrosivo y limitante.
En Desarrollo Personal las emociones se sostienen el tiempo necesario para aprender el mensaje, su sabiduría incausada y se deja marchar. Aceptar, aprender, confiar, soltar.