Dar y ser bueno es de pocos.
Dar según una justa medida es de muchos.
Darse por dar es signo de excelencia, sabiduría y santidad.
La mayoría sólo pedimos.
La sutil diferencia entre dar y darse.
En las sociedades orientales tan admiradas por su paz interior y equilibrio no alcanzó el desarrollo del «dar» ni del «darse». Es Occidente quien mejor lo enseña y aplica.
Pese a que en Occidente la mayoría sólo pedimos, existe una cultura del «dar» que es la solidaridad y el estado social y de derecho. Y existen hombres y mujeres del «darse».
Para nuestras mentes es preferible pedir.
Para nuestras emociones es preferible dar.
Para nuestro corazón es su esencia «darse».
En realidad somos una mezcla y unas veces pedimos, otras damos y algunas nos damos.