Todo lo racionalizamos, o lo que es lo mismo, lo atrapa la mente y lo analiza y lo juzga. Este mecanismo es automático. El pensamiento creado genera una emoción y así aparece un sentimiento. En ocasiones será primero la emoción la que provoque el pensamiento que al final genera el sentimiento y en ambos casos aparece la palabra mágica: “YO CREO QUE…”, “ yo creo que te equivocas”, “yo creo que no es así”, “ yo creo en Dios pero no en la Iglesia”, “ yo no creo en nada”….

Acumulamos tantos “Yo creo” que generamos un conjunto de CREENCIAS, hemos hablado en otra ocasión de ellas[i]. Un conjunto de creencias acaban formando UN CREDO. Cuando existe un Credo podemos decir que tenemos FE. Por ello el hombre y la mujer son seres de fe, pues la generan con sus máximas de experiencia, pensamientos, emociones y sentimientos. Cuando se tiene fe, se tiene un CULTO, que podíamos denominar como la manera de estar y caminar por la vida coherente con este credo, la manera en que lo expreso: mi forma de hablar, de expresarme, de vestir, mis actos…que  repetidos, éstos últimos se convierten en RITOS. Si repetimos y repetimos toda esta estructura de manera consciente o inconsciente hemos generado lo que se denomina RELIGION. Ya tenemos “MI RELIGION”, que no se diferencia mucho de una ideología y por ello se acerca mucho a un partido político (“mis ideas”).

Hasta el momento no ha intervenido el ESPIRITU que somos. Por tanto, quien quiera contactar con la naturaleza espiritual que somos precisa tener en cuenta todo lo anterior, pues quien no reconoce la espiritualidad del ser humano analiza la misma desde sus “creencias, credo, culto, rito y religión racional” otorgándole el mismo valor, es decir, desde el plano racional y emocional generando de nuevo otra creencia que acumula a las muchas que ya tiene.

El SER ESPIRITUAL no precisa para un total desarrollo de la mente o las emociones, aunque lógicamente se valga de ellas para manifestarse, como  lo hace también a través del cuerpo. Nuestra espiritualidad requiere que utilicemos nuestra mente y nuestras emociones, e incluso nuestro cuerpo de una manera determinada. Y esa manera conforma una sabiduría que desde tiempo inmemorial los maestros espirituales de todas las culturas y partes del mundo han puesto a disposición de quien quiera iniciar el camino. En los siguientes post analizaremos esa sabiduría.

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