PENITENCIA.

Vemos como para entrar a primera fila de un concierto o adquirir el modelo más avanzado de móvil la gente puede esperar durante días y horas en una calle.

Vemos como somos capaces de privarnos de lo que denominamos pequeños «caprichos» con el fin de ahorrar para hacer un viaje o comprar algo.

Vemos como somos capaces de hacer sacrificios, de hacer penitencia por metas y objetos, es decir, deseos. Más a veces nos sorprende que otros las hagan cuando lo deseado es intangible e invisible. No lo entendemos y el mecanismo es el mismo.

Alguno estará ya pensando en los penitentes que salen por la tele ensangrentados por sus petintencias personales y pondrán el acento en la significación y el sentido de estos actos. Cada cuál tiene su respuesta para esta situación.

El espíritu de petintencia forma parte de la condición humana y pese a que la palabra ponga los pelos de punta a muchos es la manera de describir los comportamientos a los que solemos someter la voluntad por un deseo.

Tener espíritu de penitencia en Desarrollo Personal es tener la capacidad de activar una actitud básica para la consecución de metas. Lo que se denomina sacrificarse. Espíritu de Sacrificio.

Estamos dispuestos a la penitencia o al sacrificio por unas cosas y no por otras. En esa balanza se encuentra una Sabiduría exquisita de lo que realmente nos está condicionando la vida.

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