LA POBREZA.
Decimos que algo es pobre porque le falta algo.
Una palabra muy poderosa que desencadena sentimientos contractivos y limitantes.
Por de pronto nadie quiere ser pobre. Es decir, nuestra mente ha seleccionado la abundancia y la ansía hasta la desesperación en algunos casos. Se trata de un automatismo de evolución con el que venimos programados. Pero esta ansiedad en la huida de la pobreza nos hace en muchos casos portadores de diferentes sentimientos que podemos resumir en uno:»A veces somos capaces de matar por un plato se lentejas».
El concepto de pobreza como falta impide ir más allá en su conocimiento y experiencia. Quienes ha ahondado en él han encontrado la sabiduría del desapego. Tener sin apego.
La pobreza se convierte en desapego y quien así vive aprende a vivir sin el dolor de la pérdida pues desapegado está de todo lo material.
Aprender a ser desapegados es vivir la pobreza como camino de virtud e iluminación. En este sentido ser pobres en Desarrollo Personal es aprender a desapagarse de todo lo que nos rodea y saber que por la ley de la impermanencia todo pasará, la abundancia y la escasez y vivir sin dolor por la posible o efectiva pérdida de lo que el ego considera «mio» clara expresión de apego la palabra «mi» y que debe ser utilizada o empleada de manera consciente para que no se convierta en «MI».

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