VENTIUNO

Tercos como mulas.

Así se describían nuestros abuelos cuando no se quería dar el brazo a torcer.

La docilidad ha sido interpretada en ocasiones como flaqueza y falta de carácter. Fue una virtud abandonada.  Más en el desarrollo de la inteligencia espiritual como parte de las inteligencias múltiples tiene gran valor.

La docilidad con uno mismo. Darse cuenta de que nuestra mente puede acoger cualquier planteamiento y puede cambiar. Que nuestras creencias mentales pueden cambiar. Estar abiertos a cualquier nueva perspectiva facilitará la apertura de la mente de principiante y actitud de aprendiz.

La docilidad es la virtud de quien se sabe barro y hoy puede ser vasija, mañana cántaro, para luego ser vaso o caliz…más que mas le da si todos son recipientes y el agua de la vida han de portar.

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