A POR TODAS.
Es una expresión que ahora se sustituye por un término en inglés.
Vamos «a por todas» cuando desde nuestra voluntad hay un ánimo decidido.
El que podamos ir «a por todas» significa que lo sabemos hacer.
Y si lo sabemos hacer ¿cuál es la diferencia de hacerlo en unas ocasiones y no en otras?.
Nos movemos por intereses y casi todos relacionados con nosotros mismos. Lo demás nos suele mover poco o nada.
El hombre y la mujer va a por todas en lo que le importa y suele coincidir con sus propios intereses.
Esta forma de actuar no presenta ningún problema salvo cuando concurren intereses y comienza la competencia entre unos y otros. Al no haber entrenado antes la renuncia a nuestros propios intereses por un interés mayor nos encontramos con concurrencias competitivas que pueden llegar a enfrentarnos los unos con los otros.
El entrenamiento en la renuncia es esencial para evitar el enfrentamiento y en el mundo cristiano se denominó «ayuno y abstinencia». Abstenerse y ayunar es entrenar la renuncia.