No se contar dinero. Perdí la cuenta cuando de pequeño con mi padre contaba millones de pesetas en el banco donde el trabajaba. El olor, el tacto y la vista se saciaron y decidieron que ya tenían bastante. Desde entonces el dinero y yo sólo tenemos aventuras fugaces, de amantes. A veces sobrado a veces perdido. He aprendido a vivir sin el. Pero lo necesito. Cruel paradoja.

Deja un comentario


*

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Julio de la Torre.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.