VIDA ESPIRITUAL EN EL SIGLO XXI (I): LA CREACIÓN, EL CREADOR: Veni Creator.



Este año aún no he encontrado un tema sobre el que desarrollar la temporada de este Blog, después de la serie UN CURSILLO DE AMOR y REINICIARSE COMO SERES ESPIRITUALES, nos proponemos un nuevo curso sin rumbo fijo, sin horizonte, aún no ha surgido esa claridad mental que nos lleva a esa expresión tan universal del Eureka! Que más bien es la exclamación ¡Ajá!. En este mar en calma en el que el barco aún no se mueve y busca un horizonte al que dirigir su timón y un viento que hinche sus velas, en esa calma chicha que conocen muy bien quienes han surcado el Pacífico en el que los vientos cesan y las olas duermen.

Para un escritor o un músico estar en dique seco es no ser productivo no lograr parir, ni atraer al mundo las musas que le harán generar riqueza y belleza. Es la muerte, pues quien no es capaz de generar vida está muerto en vida. La vida es creación.


Saber crear es una sabiduría que no todo el mundo alcanza. Dios es el máximo creador, a él se le atribuyen todas las dotes creativas, que son infinitas y nosotros, hijos suyos, hechos a su imagen y semejanza somos también creativos, creadores, cocreadores.


Esta realidad es bien conocida del ser humano desde hace siglos. Existe  la posibilidad de contactar con la fuente creadora de todo lo creado y que ésta a su vez inunde la vida concreta de cada ser humano para en armonía con lo creado poder llegar a ser cocreador.


Este contacto que todo el mundo espera sea mental y quienes lo han experimentado y experimentan expresan de otra naturaleza es un puente espiritual, no puede ser mental, ni emocional, ambos netamente humanos, debe trascenderlos y por ello se aleja de la naturaleza humana para adentrarse en lo más desconocido y creíble, pues es ensimismo increíble, lo que provoca incredulidad.


Este puente espiritual durante siglos se ha denominado “ESPIRITU” y en el cristianismo se le ha denominado “ESPIRITU SANTO”.  La tercera persona de la Trinidad, el gran olvidado en los rezos y oraciones de muchos creyentes, aunque invocado siempre junto al Padre y al Hijo en las oraciones más simples.


La fuerza creadora que nos hace cocrear es una fuerza espiritual con la que debemos contactar. A la que debemos invocar y atraer y durante siglos mujeres y hombres la invocan de muchas maneras e intentan contactar con ella de muchas formas llegando a denominarla con múltiples nombres. Los ritos y rituales de invocación son muy diversos y heterogéneos a lo largo de la historia y según  la parte de la tierra donde nos encontremos, pero todos las culturas han intentado y conseguido cruzar el puente. En el Cristianismo existe un cántico creado en el siglo IX que lo invoca el “VENI CREATOR” una maravillosa pieza de canto gregoriano.



Como podéis comprobar basta invocar la escasez para que las fuerzas espirituales vengan en tu ayuda y donde antes había sequedad surja ahora un manantial fresco de agua y vida eterna, si eterna, pues la fuerza creadora del Espíritu te permite vivir el ahora, único tiempo que forma parte de la eternidad.


En esta fuerza inspiradora que ha nacido de la nada y ha acabado con este artículo nace un horizonte para este curso, VIDA ESPIRITUAL EN EL SIGLO XXI, que será el banco de reflexión en el que semana tras semana me propongo sentarme para dejarme sentir como hoy y que la pluma, en este caso el teclado, sea inspirado por el ESPIRITU SANTO, denominación a la que me acojo por ser mi formación cristiana y mi creencia la fe católica, pero que invito a quienes no les guste puedan sustituir por el nombre o la denominación que más les guste o se ajuste a sus creencias, pues en este camino cabemos todos.