Me prestó las botas al gato.
Aprendí de Juan su receta contra el miedo.
También me ayudó el sartrecillo para ser valiente.
Me busque un brujo para ser su aprendiz.
Dejé la bestia que era y comencé a buscar a Bella.
Mi vida se convirtió entonces en un cuento que contar y compartir con Beatriz y Mencia.
En ese cuento sólo puede haber alegría y siempre, siempre, siempre un final feliz.

Deja un comentario


*

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Julio de la Torre.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.

Artículos relacionados