La sabiduría ha edificado para sí esta casa.
Dícese de las Universidades. Pero hoy en día quienes formularon este axioma, a la vista de lo que representa Wikipedia o Google, podrían pensar o sentir que dichas creaciones virtuales representan también el saber.
Sin duda que el saber es posesión ahora de la inteligencia artificial. Es tan sencillo acumular información como lo fue para los papiros, legajos y libros, dejando sucesivamente a la memoria los datos esenciales para la existencia y el conocimiento técnico preciso para la especialización requerida y entregando la custodia del saber a elementos materiales no humanos como los mencionados anteriormente.
La pérdida de los fondos de cualquier biblioteca es siempre muy lamentable y si esta es la de Alejandría, mítica guardiana del saber ancestral, no te digo más del disgusto de quienes aman el saber.
Aprender a saber es una de las misiones que nos encomendamos los seres humanos los unos a los otros, trasmitir el conocimiento. Ahora las nuevas generaciones nos miran con recelo cuando les hacemos memorizar y aprender datos y datos que pueden consultar en la red o en la nube, uno no sabe donde se encuentra lo que lee en la pantalla del ordenador. Estar está, pero donde se custodia es otra cosa.
Más la SABIDURÍA, la anhelada SABIDURÍA, es más que saber, más que almacenar y memorizar datos. Y sí, ella es capaz de construir estancias, lugares, en los que el hombre y la mujer pueden habitar e impregnarse de sus virtudes. Entonces, (antaño lo fue la Universidad, colegio humano, custodio de saberes y ciencias, dispensador de conocimiento y puerta de acceso a la SABIDURÍA) en su seno, poder compartir la escala de la pirámide del conocimiento subiendo desde lo más carnal y primitivo a lo más excelso y divino como representa la escalinata del edificio del paraninfo de la Universidad de Salamanca.
¿Y hoy?¿Dónde?.
La SABIDURIA hoy busca morada.
Y como antaño, como lo hizo en el origen, no busca tanto la Academia o la Universidad, donde el hombre pretendió conquistarla y custodiarla, como en el corazón humano. En él de cada uno.
El corazón tiene tejido neuronal, tiene un sistema nervioso independiente y cuenta con 40.000 neuronas, emite un campo electromagnético más intenso que el del propio cerebro. Utilizando este entramado al servicio de la SABIDURÍA el hombre encuentra lo que se denomina la “coherencia”, una armonía a la que cantaron los antiguos y a la que aspiraban todos cuantos la pretendían.
Hoy sabemos más gracias a la Neurociencia. Hoy sabemos que la casa que puede elegir la Sabiduría para quedarse es la propia de cada uno de nosotros, la del corazón. Aún resulta sorprendente para quien entiende y cree que todo, todo, todo está en la mente, y con la mente vive y con la mente se identifica. La razón, producto de la mente señorea por la Academia y la Universidad desde hace siglos, más los SABIOS ya lo escribieron y predijeron: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”.
En breve abrirán escuelas, luego institutos y más tarde universidades donde el protagonista se la INTELIGENCIA CARDIACA, la Sabiduría que brota del corazón. Mientras tanto, personas en solitario, como él que escribe estas letras, caminan en busca de la SABIDURÍA para que, si quiere, construya su casa en su corazón. Y tienen colgado el “Se alquila o se vende corazón a quien se llame SABIDURÍA”.
Julio de la Torre Hernández
Mentor Jurídico Abogado Coach
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